Sufrimos la angustia que crea la soledad, pese a que no estamos nunca realmente solos.
Los otros están ahí siempre presente, pero lejanos.
Los otros están ahí siempre presente, pero lejanos.
De la conciencia de esta separabilidad nace la necesidad de un amor que nos una.
Por esta causa se idealiza el amor y se le convierte en paradigma de la existencia.
Los amantes ideales se suponen que intercambian atenciones en correspondencia mutua.
Todo se desarrolla en un plano de armonía preestablecida.
Esta perfección ideal se quiebra cuando uno de los amantes se percata que es más activo y dadivoso que el otro y, en lo que era exacto equilibrio de dar y recibir, aparece la desigualdad.
Puede ocurrir, también, que se acepte amar más de lo que somos amados y resignarnos a esta dinámica, llevándola como un secreto escondido.
Pero podemos revelarnos y exigir una estricta correspondencia.
Tales pueden ser las discrepancias y descubrimientos que destruyen la atmósfera del amor ideal.
Encontramos la raíz del conflicto en que si, para poder amar, exijo previamente ser amado, mi ofrenda aparece condicionada, lo que revela más un deseo de ser amado que de amar.
Si se ama sin ser amado, la ausencia de reciprocidad convierte el amor en un sueño que no se cumple nunca.
También suele llamarse amor ideal, cuando es un sacrificio, una renuncia, es decir, cuando el amor se sublima en la entrega total, porque es mejor sufrir una privación que perjudicar al otro.
Y puede ocurrir también que entre los amantes se inicie una competencia sobre quién da más de si mismo, revelando así que el amor ideal lleva escondida una pasión que puede encender el conflicto y hasta destruirlo por los choques que suscita.
Ideales de amor, hay muchos y para cada persona es diferente.
¿Ya pensaste en tu amor ideal?
Si no lo has hecho te invito a que lo hagas, tomando en cuenta las siguientes recomendaciones:
1- Que ese ideal de amor, sea real y pueda llevarse a cabo, ten cuidado con tus expectativas, recuerda que los príncipes y princesas solo existen en cuentos de hadas.
2- Unirte desde un amor maduro y no desde las carencias o vacios de tus experiencias.
3- Mirar a tu pareja de tu a tu, en un mismo nivel y desde hay continuar y construir la relación y el amor.
4- Mantener el equilibrio entre lo que puedes dar como recibir. Se trata de una balanza. Y de una reciprocidad de compromisos y disponibilidades.
Recomendaciones hay muchas pero quien, mejor que tu para crear ese ideal. “tu ideal”.